Chocó Andino Pichincha

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El conflicto minero suscitado en el Noroccidente de Quito data del año 1996. Ese año se presentaron explosiones en los alrededores del centro de la parroquia Pacto, a 200 metros de la cancha de fútbol. Esto provocó la organización de las comunidades del Chocó Andino dado que las actividades mineras eran ilegales. Las comunidades del Noroccidente de Quito han venido generando actividades de protección y de producción sustentable ancladas al turismo en sus diferentes formas desde la década de los ochenta. La comunidad, que ha visto que sus requerimientos no son atendidos en las instituciones públicas y que el avance minero es rápido, decidieron realizar actividades no violentas de defensa territorial como el establecimiento de puestos de vigilancia comunitaria. De la misma manera se generaron estrategias de conservación territorial por medio de instituciones como, por ejemplo, la declaratoria de Áreas de Conservación y Uso Sustentable (ACUS); el Biocorredor del Oso de Anteojos, la creación de la Mancomunidad de la Bio-región del Chocó Andino y la declaratoria del Chocó Andino como reserva de la biósfera. En los últimos tiempos, y con la finalidad de blindar al territorio de la amenaza minera, se está promoviendo una consulta popular en Quito para evitar la explotación minera.