Yasuní – ITT

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La propuesta de no explotar el crudo del ITT tiene su origen en las luchas de resistencia de pueblos indígenas y grupos colonos mestizos habitantes de la Amazonía, a la que posteriormente se incorporan grupos ecologistas, como Acción Ecológica. Posteriormente, en el 2007 el gobierno ecuatoriano acoge esta propuesta, la adecua y presente la iniciativa Yasuní- ITT como proyecto del gobierno de Rafael Correa, el cual quería dejar bajo tierra el 20% de sus reservas de petróleo a cambio de una contribución financiera de parte de la comunidad internacional del 50% de las ganancias que se generarían si se explotaran dichas reservas, para favorecer la conservación de la biodiversidad, evitar emisiones de Co2, respetar los derechos de la naturaleza y pueblos indígenas. Se trataba de no explotar aproximadamente 850 millones de barriles de petróleo en la zona donde se encuentran los tres pozos de exploración de Ishpingo, Tambococha y Tiputini situadas en el Parque Nacional Yasuní.

Sin embargo, para el 2013 Correa decidió ponerle fin a esta política pública por falta de contribuciones internacionales y así, anunció la explotación de los tres pozos ITT. Lo anterior, generó un descontento generalizado no solo a la población que habita los territorios que serían potencialmente afectados, sino también a la sociedad civil en general. Tal decisión desencadenó una serie de conflictos sociales dentro de las comunidades y de estos con el Estado, y despertó la articulación de movimientos de indígenas locales, de colectivos sociales y organizaciones no gubernamentales que por medio de diferentes acciones exigían al gobierno la no intervención de las compañías petroleras en esos bloques, pues representaba uno de los pocos espacios en el Parque Nacional Yasuní que quedaban sin explota. Además, la intromisión de la industria impactaría no solo a la biodiversidad y los ecosistemas, sino a los pueblos aislados y comunidades de la zona pues cada vez se acercan más a lo que se conoce como la zona intangible. Es por tal razón, que a partir del año 2013 el colectivo Yasunidos, inició las gestiones para realizar una consulta popular, para que la ciudadanía fuera consultada en relación a la explotación del Yasuní ITT. Por lo que durante finales del 2013 y principios del 2014 se inició la recolección de firmas. Sin embargo, luego de finalizada la recolección y la posterior presentación de éstas ante el Consejo Electoral Nacional, muchas de las firmas fueron rechazadas por encontrar anomalías o vicios, por lo que el proceso fue rechazado.

A pesar de las distintas presiones en el 2014 se otorgaron las primeras dos licencias ambientales para los bloques de Tiputini y Tambococha, los cuales iniciaron sus operaciones en el 2016 y 2018, respectivamente por parte de la empresa estatal PetroAmazonas. Durante el 2018, se inició la negociación de la apertura del último bloque de Ishpingo, el cual ha generado el aumento de las movilizaciones y protestas de parte de las población, debido a que la explotación de este último bloque implica no sólo la reducción de la zona de amortiguamiento del Yasuní, sino una amenaza para toda la zona intangible en general.